viernes, 28 de mayo de 2010

Sobre el Leviatán de Fogel

“Somos parte del ciberLeviatán, soberano sobrecargado por toda la información del mundo”.
Esta es una de las frases del artículo Veinte apuntes sobre el ciberLeviatán
De Jean Francois Fogel que puedo considerar la clave de todo el extenso trabajo escrito para la publicación Letras Libres
Por otra parte, creo prudente señalar que en principio, y valga el término acuñado por el “camarada” Castilla Del Pino, me sentí incomunicado. Tal vez por la forma como fue presentado el trabajo, a lo que se suma mi poco conocimiento del glosario de la Web 2.0.
Sin embargo, creo que a final de cuentas Fogel le dan nombre (“CiberLeviatán”) a algo que existía, algo así como el termino “plusvalía” acuñado por Marx, y que en la realidad era algo que era parte del proceso económico de su momento.
Cierto es que lo planteado por el autor “vuelca” aquella “Información o comunicación Ómnibus” de la que escribió Pascuali, porque la multilateralidad de los mensajes a través de las nuevas herramientas de la tecnología convierten a la información en algo cuyo proceso rompe con los conceptos de “emisor y receptor”. Pero, nótese que hablo que información y no del proceso, diría real de comunicación, porque no siempre se obtiene el “feedback” , cuestión importante para saberse comunicado.
En esta nueva comunidad sin fronteras y sin normas siento que el trabajo periodístico, si bien ha recibido una importante influencia, debe tomarse con cuidado, y cumplir con las normas éticas ( esa vieja letra muerta emanada por el CNP), pero que tienen la misma validez de cuando surgieron. Es imprescindible que la información recibida por vía twitter, facebook etc., sea verificada, porque ese “Leviatán” debe recibir una información cuya veracidad le permita saber que pasa y tener respuesta a sus necesidades.
Voy a incluir un punto, que tal vez parecerá que tiene poco que ver con el tema, pero es bueno que se sepa que la columna Tripleplay, seguramente la más leída de El Nacional no tiene llamado a un twitter, ni a un facebook, sólo un E-mail aparece debajo de la firma de su autor Humberto Acosta, quien dicho sea de paso, ni siquiera usa celular, porque la cantidad de comunicaciones que recibe por su correo electrónico, a veces le sirven para enrumbar su columna, pero en la mayoría de los casos lo presionan porque le dificultan el trabajo.

3 comentarios:

  1. Felicitaciones, padre. Entrar en el mundo de la web 2.0 en camino a la 3.0 y la sociedad del conocimiento, no es fácil, pues el exceso de información, de aplicaciones, pueden fácilmente, volverte loco. Por ello, y porque conozco cuánto te costó aprender a manejar tu celular, me contenta que te atrevas

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  2. Estoy de acuerdo contigo cuando dices que ahora, más que nunca, el trabajo periodístico debe basarse en la ética. La tecnología, es verdad, ha facilitado mucho la labor diaria, pero creo que jamás será eje del desempeño de esta profesión. Por eso me gustó mucho el ejemplo que pusiste de Humberto Acosta, uno de los periodistas deportivos más leídos en toda Venezuela.

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  3. Cuando una tecnología es nueva, las opiniones que sobre ella se emiten suelen estar polarizadas. Al final del día siempre llegamos a la misma conclusión: "para unas cosas sirve, para otras no."

    En cualquier caso, cuando de comunicación se trata, la historia nos ha enseñado que es una mala política esa de "si algo funciona, no lo toque". Habrá que probar si lo nuevo hace más efectiva la comunicación.

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