Debo decir que conocí a la Ministra de Deportes, Victoria Mata, en uno de los tantos Juegos Nacionales Juveniles, los cuales ella cubrió para el Correo del Caroní y el autor de Candideces para El Nacional.
Ambos siempre estábamos a la caza de los errores, omisiones, corrupciones y de la situación de los atletas para informar con detelles y pruebas de lo que conseguíamos en aquellas excursiones por los diversas escenarios deportivos.
De repente Victoria, cuya posición ideológica no tenía nada que ver con Marxismo, Socialismo o cualquiera de esas formas de análisis de la realidad caras por la gente de la izquierda, apareció candidata a la Asamblea, y cuando ya ocupaba su curul como diputada del Parlamento nacional, me la encontré en un restaurant, tradicional y medio ripioso (El Rex), ubicado cerca de la sede de lo que una vez fue el Congreso Nacional.
Claro, hubo saludo cordial entre dos colegas que habían pateado juntos el pavimento deportivo y entre otras cosas me dijo, "ayudame que estoy luchando para una nueva Ley del Deporte".
Mi respuesta fue la que aprendí de los cubanos de cuando la "revolución" era joven y, como cubana joven, atraía a Latinoamérica entera; "dejale correr media máquina", es decir, " no digas ni si, ni no. Habla de que es posible que lo vas estudiar etc". Ese es uno de los secretos de los políticos cubanos ( es decir de todos, porque todos son políticos).
Paso el tiempo yVictoria fue nombrada Ministra.
Cuándo la delegación venezolana iba a los Juegos Olímpicos de Pekín ( o Beijing, pero yo me quedo con el Pekín, porque no sé como decirle un "perro beijinés", a un can de esos pequeños, de hocico corto y ojos saltones).
Por aquella cercanía de colega, me enviaron a un rueda de prensa, en la cual estaba Victoria y el ministro saliente y presidente del Comité Olímpico Venezolano, Eduardo Álvarez.
Cuando me tocó el turno de preguntar, se me ocurrió pedirle a Victoria información sobre el resultado de la auditoría que, por ley, debieron hacerle a Álvarez cuando dejó el cargo.
No respondió, se fue por la tangente, y luego, cuando llegó el turno de los juguitos de naranja y el café, me le acerqué y le volví a preguntar.
"En otra ocasión hablamos de eso", me dijo.
Álvarez mando al jefe de la sección de Deportes de El Nacional, en aquel momento Daniel Chapela, una carta en la cual preguntaba por qué yo había preguntado eso, qué si se trataba de la política del diario.
Chapela ni siquiera le contesto. Aunque yo le dí una copia de la carta al hijo de mi viejo camarada del MIR, Moisés Moleiro, Alonso, quien está áun en la directiva del CNP.
Victoria, por su parte, a partir de ese momento, respondió a alguna solicitud de entrevista de mi parte. Es más, el acceso de sus colegas, dujrante toda su gestión ( algo más de dos años) fue ninguno, prácticamente.
En su gestión demostró una desconocimiento supino de la materia, pero de igual manera fue una muy buena aduladora del residente de Miraflores.
Ahora, con su postulación para la Asamblea Nacional por el estado Bolívar, se abrirá una verdadera pelea a machetes por el máximo "cambur" inedista, no tanto por lo que se pueda lograr en lo que respecta a la política deportiva, si no por los negocios que se pueden hacer desde ese cargo, cosa que ha ocurrido en este gobierno, como también en los anteriores.